Oiva Juntunen ha decidido ser gángster, sobre todo cuando consigue que los golpes los den otros que, lógicamente, serán quienes paguen las penas. Posee cuatro lingotes de oro sustraídos al Banco Nacional de Noruega y se dedica a disfrutar de la vida en su lujoso apartamento de Estocolmo, hasta la llegada de una alarmante noticia: sus cómplices serán liberados y acudirán a recoger su parte del botín. Oiva se ha aficionado demasiado a su oro para pensar en separarse de él. No, mejor esconderlo en lo más profundo de la tundra. Y en la cabaña de los leñadores del monte de Kuopsu, junto al inquietante Bosque de los Zorros, casualmente Juntunen se reencuentra con sus lingotes de oro, con Sulo Remes, comandante alcoholizado en período sabático, y con Naska Mosnikoff, vigorosa nonagenaria escapada del asilo. La huida es siempre el destino de los protagonistas de Paasilinna, la inmensidad de la naturaleza nórdica el lugar en el que suceden sus desopilantes aventuras, libertad total donde las normas de la sociedad civil revelan su limitación.