Un día, Sainte Colombe acepta al joven Marin Marais como alumno. Sainte Colombe le hace escuchar el sonido del viento, le habla de la relación entre la música y el silencio. Hasta que descubre que Marais ha tocado delante del rey. Furioso, le expulsa casa. Es así como se enfrentan dos maneras de entender el arte: el músico que busca la gloria y el que desde el sacerdocio aspira a la creación de la más pura obra de arte.