La calle de los Carmelitas, un tranvía azul, sol,
septiembre, primer día después de las
vacaciones,
algunos volvieron de largas travesías,
divisiones acorazadas entran en Polonia,
los niños van a la escuela con ropa bonita,
blanca y azul marino como las velas y el mar,
como la memoria y la inspiración y las vides.
Los árboles se enderezan con respeto
ante el poder de la mente joven, que aún
no ha conocido el fuego ni el sueño, pero
si se lo propone no va a tener dificultades
(sin contar las fronteras invisibles).