Allan Armadale confiesa por escrito en su lecho de muerte un horrible secreto que solo debe conocer su hijo cuando cumpla la mayoría de edad. Veinte años después, este hijo se hace llamar Ozias Midwinter y, después de una vida atribulada y sin afecto, ha encontrado por fin un amigo en un joven impulsivo y cordial, amante del mar y libre de preocupaciones, que hereda una gran fortuna.