Neal Cassady, rebelde con causa, había conocido al novelista primerizo Jack Kerouac en 1946 y comenzó a cartearse con él. En diciembre de 1950 le escribió contándole la aventura sentimental que había tenido con una muchacha llamada Joan Anderson, entreverando la historia con anécdotas, opiniones y juegos verbales. Cuando Kerouac leyó la carta descubrió un estilo nuevo que necesitaba para su novela: En el camino.