No hay homosexualidad sino homosexualidades, dice Pombo en esta novela, que refleja un discurso independiente que queda tan lejos de las condenas de la Iglesia católica como del edulcorado matrimonio gay. Una tarde, el editor jubilado Javier Salazar se encuentra con un muchacho malagueño, Ramón Durán. Será el inicio de una relación entre ambos que disparará antiguos resortes de su conciencia.