Una reflexión sobre la identidad religiosa, étnica y política, algo que sigue siendo relevante hoy en día en el contexto de los debates sobre nacionalismo y diversidad. La novela presenta una de las historias de amor más interesantes y difíciles de la literatura inglesa del siglo XIX. El amor entre Daniel y Mirah es puro y desafiante, contrastado con las relaciones más destructivas, como la de Gwendolen y su esposo.