En la obra de Cioran, los Ejercicios negativos marcan una diferencia a la vez que mantienen una continuidad, tendiendo así un puente entre dos épocas de una vida y de una escritura. Estos ejercicios son el germen de Breviario de podredumbre, son el preludio y la base. Encarnan el momento del cambio a la lengua francesa, en lo sucesivo irremediablemente preferida a la rumana. En este sentido, los textos de este libro atestiguan una ruptura y una crisis.
Los Ejercicios negativos ofrecen el pensamiento de Cioran con la frescura de sus inicios, con el júbilo de su hallazgo, lejos de todo estilo encorsetado. Cioran se presenta con toda libertad, se descubre en la cotidianidad maravillosa de su espíritu. Todavía está próximo al lirismo de su época rumana. Sin embargo, en esta obra se adelanta, brinda sus anticipaciones y sus visiones. Los Ejercicios negativos, como textos de transición a los Silogismos de la amargura, ofrecen al lector un Cioran sin maquillar, un Cioran esencial.