Paul Auster recurre a la novela de aventuras a lo Julio Verne y hasta a la novela victoriana para construir uno de los libros más sutiles, más llenos de resonancias de la literatura americana contemporánea. Esta obra puede ser leída como un elegantísimo folletín contemporáneo sobre la paternidad y la impostura, pero también como una espléndida novela de aventuras sobre la aventura de crear.