En 1962 William Burroughs (1914-1997) describió en El tiquet que explotó una Norteamérica moderna controlada totalmente por los medios de comunicación. Hoy, casi cuarenta años más tarde, El tiquet que explotó se lee como una escalofriante profecía, una visión de pesadilla con hombres de ciencia y tropas de combate, publicistas y embusteros cuyo engañoso lenguaje se ha extendido como una infección incurable.
"Una visión swiftiana de una vida prefabricada y procesada, una especie de totalitarianismo electro-químico que evoca frecuentemente la risa negra de un horror hilarante." Playboy
"La voz de Burroughs es dura, burlona, libre, divertida, seria, poética."
JOAN DIDION
"Una auténtica mitología de la edad de Cabo Canaveral, Hiroshima y Belsen."
J.G. BALLARD