"¡Ojalá pudiera hacer que la
luz de Conrad brillase para
otros como brilló para mí!"
Bertrand Russell.
Tanto en "Falk" como en "Una
avanzadilla del progreso"
resuenan las variaciones de
todos los acordes de la obra
de Conrad: el descenso a los
infiernos, la gangrena que
corroe inexorablemente la
carne y el alma, la
redención posible e
imposible...
Falk, capitán de un
remolcador que presta sus
servicios en un puerto de
Extremo Oriente, es un
hombre hosco e insociable,
torturado por un secreto
terrible, que finalmente
desvelará por un deseo de
regeneración moral y de
aceptación de su culpa por
parte de la mujer amada.
"Una avanzadilla del
progreso", su mejor relato
según el autor, es una
crítica feroz de los abusos
de una colonización
despiadada, que envilece a
sus mismos ejecutores.
Pues lo que aquí está en
juego no es el porvenir de
una civilización, que, en
todo caso siempre sale
malparada, sino unos valores
o una manera de estar en el
mundo, aunque para
conservarla haya que vivir
muchas vidas en una sola,
como el mismo Conrad