Los cuentos del Nobel polaco extraen de la historia
reciente y antigua del ghetto, de la provincia judía polaca y,
más tarde, de su experiencia de la moderna diáspora en
Estados Unidos e Israel, personajes y motivos, que nos
evocan impasiblemente la mezcolanza del bien y del mal, de
la ternura y de la bestialidad de que está hecha la vida.
Escribiendo sus cuentos y sus parábolas, Bashevis Singer
crea un lenguaje único, un estilo esencial y visionario que
representa en toda su intensidad la ruptura del sistema de
valores del judaísmo en una delirante multiplicidad de
detalles salvajemente autónomos.