En esta obra, un mosaico de cincuenta y una breves secuencias, Joseph Brodsky se sirve de sus visitas anuales a Venecia para meditar sobre la relación entre el agua y la tierra, la luz y la oscuridad, el tiempo presente y el pasado, el deseo y su satisfacción, la vida y la muerte. Estampas poéticas, estampas venecianas, reflexiones que entrelaza recuerdos personales con hechos acaecidos en esta ciudad de agua.