A menudo no te avergüenzas de lo que haces, sino de que te vean hacerlo.
Sin darnos cuenta, la vida puede convertirse en una acumulación de secretos que impregna hasta el último minuto de nuestra rutina. Carmela y Nico, una mujer excesivamente independiente y un hombre demasiado apacible, llevan una tranquila y acomodada vida de matrimonio de clase media, plagada de silencios casi imperceptibles. Pero es el secreto de Olivia, la inmigrante ecuatoriana encargada de las tareas del hogar, el que podría derribar esa apariencia de normalidad. Sobre todo si entre medias anda Claudio, un muchacho superdotado de ideas enrevesadas al que le divierte desvelar lo oculto.
Nunca pasa nada es un libro a ratos divertido, a ratos trágico, en el que José Ovejero despliega sus artes narrativas para mostrar los conflictos y tensiones subyacentes en un mundo donde lo aparente impera sobre lo real, y para desmontar los mecanismos de nuestra buena conciencia. Sólo Olivia, a la vez víctima y agente de la desgracia, parece saber que la buena conciencia no va a resolver sus problemas. Y en cuanto a Claudio..., bueno, Claudio no tiene conciencia.