¿Por qué vincular la bienaventuranza con la pobreza? ¿Debemos sentirnos culpables por haber pasado una vida alegre? ¿Afirmar el Reino en el más allá no es una forma de menospreciar esta vida con todos sus dones y placeres? El pensamiento se desarrolla, pues, a través del diálogo, el contraste y la discrepancia, lo que afina las ideas y las creencias porque las somete al escrutinio de quien no comparte sus presupuestos.