Partiendo de un original titulado "Los borrachos" concebido para tratar el tema del alcoholismo en la familia, "Crimen y castigo" -que aquí ofrecemos en una nueva traducción de Fernando Otero Macías- fue escrita por Dostoievski en una época de dudas y penurias muy particular, en la que se vio obligado a recurrir al editor de la revista "El Mensajero Ruso", con quien estaba enemistado.