La madre, en el lecho de muerte, le hace prometer a su hijo que buscará a su padre, un tal Pedro Páramo. Esta novela es así más que una ficción, una fábula sin moraleja, una inmersión en el infierno que tejen las palabras de los hombres mucho después de su muerte. Juan Rulfo, quién además de esta novela sólo escribió una colección de cuentos, sigue siendo considerado el mayor escritor de la literatura latinoamericana.